Sucedio en la cuarentena.

Un hombre descubre un nuevo vicio gracias a su novia y a su cuñado

CONFESIONES DE INFIDELIDAD

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Sucedio en la cuarentena.

Desde que empezó la cuarentena, tuvimos que convivir mi novia y yo, junto con mi hermana y su novio.

Siempre nos llevamos muy bien, con buena onda de todas las partes, pero nunca habíamos pasado tanto tiempo juntos. Cada noche que pasaba sentía cada vez más cercana a mi novia y mi cuñado; Se veían risas y buena onda. Hasta que empecé a notar algunos roces más intencionados, tal vez al pasar o algunas miradas que me llamaron la atención.

Pasaron las noches y en una puntualmente me despierto de arrepentido en la madrugada y me doy cuenta de que mi novia no estaba. Miró de reojo y supuse que había ido al baño. La espero un ratito, pero se demoró bastante, y al llegar estaba algo agitada.

Yo me hice el dormido y no dije nada. Esto me dio muchas sospechas. Así que la noche siguiente me quedó terminando de estar dormido.

Note que se levantó y salió de la pieza. Sentí sus pasos hasta el baño y escuché la puerta. La ventana de mi pieza da a la del baño si llegas a asomarte, así que me acerco sigilosamente y logro verlos a los dos comiéndose la boca, pegados a la ventana, tocándose con muchas ganas.

Me excitó mucho verla tan caliente por otra pija, cómo la manoseaba por arriba del short . Ella se la tocaba hoy y lo miraba a los ojos. Ella, en tanga simplemente, se da vuelta, se la corre un poquito y solo puedo ver cómo se pone contra la pared y se la empiezan a coger.

Estaba incendiada. A ella la veía retorcerse para contener los gritos que quería pegar. Me volví loco verla así. Ella estaba súper caliente y yo también.

Se mantuvo así un buen rato.

Yo moría por ver un poco mejor, pero con miedo a que me vieran, me asomaba cada vez más. Estaba ella a upa de él, ya transpirados los dos, hasta que de repente ella se baja y se la pone en la boca. Veo cómo, pajándolo muy bien, él le empieza a largar toda su leche en la boquita, esa boquita que yo besaba cada día, chorreando de leche ajena. Y no dejó ni una gota, cuando a mí jamás me lo hace.

Estaba muy caliente y a la vez enojado, pero como tenía la pija, no lo podía disimular. Me excitó un montón verla tan prendida fuego. Volví a mi cama y la esperé. No tardó en venir. Fingi estar dormido, no sabía qué hacer. Para disimular más, me acosté mirando a la pared. Ella se acostó muy lentamente atrás mío.

Sentí sus manos aún frías por haberlas tenido tanto contra la pared, y eso me calentó aún más.

Se acerca hasta mi cuello, me lo empieza a besar, tocándome la pija al mismo tiempo y notando lo dura que estaba. Me doy vuelta sin poder resistirme y le como la boca. Ahí fue cuando noté que ni siquiera se la había enjuagado, y mientras me pasaba suave la mano por toda la pija, llenaba mi lengua de la leche de alguien más. Y sin resistir un segundo más de excitación, me acabé por completo, llenándole la mano con mi leche.

Ahora me asomo cada noche para verla coger, no lo puedo evitar.

Me encanta y más cuando se traga la leche y viene a besarme a mí como si no supiera nada. ¡Qué puta más hermosa!

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